Una delegación tunecina viaja a Washington para presentar su nuevo programa de reformas ante el FMI, con el objetivo de conseguir apoyo financiero para combatir la crisis económica agravada por la COVID-19.
En el primer trimestre de 2021, las exportaciones aumentaron un 6,2 % y las importaciones un 1,5 % con respecto al mismo periodo de 2020.
A lo largo de 2020-2021 el Banco Mundial ha otorgado financiación a Túnez para apoyar las medidas sanitarias, sociales y económicas del país. Algunas de estas se han enfocado en combatir las consecuencias provocada por la crisis sanitaria consecuencia de la pandemia del covid-19, ayudar al desarrollo de las pymes y startups, mejorar las infraestructuras o aumentar la capacidad de respuesta ante riesgos naturales, entre otros.
Entre diciembre de 2020 y enero de 2021 se llevó a cabo la consulta del Artículo IV con Túnez, por la que el FMI supervisa la situación fiscal, monetaria y exterior del país con el objetivo de identificar fuentes de inestabilidad económica y ofrecer asesoramiento en sus políticas económicas.
Al cierre de los tres primeros meses del año en curso, el Producto Interior Bruto real del país magrebí ha registrado un crecimiento del 1,1% en comparación con el mismo periodo de 2018, según el Instituto Nacional de Estadística (INS).
En declaraciones a la Radio Nacional de Túnez, Abdelkader Timoumi, director ejecutivo de la empresa pública Ellouhoum, ha informado de la importación en la nación norteafricana de la primera partida de carne de ovino procedente de España, iniciativa que se inscribe en el marco de un acuerdo suscrito entre ambos países.
De acuerdo con los resultados preliminares de las cuentas nacionales trimestrales, el crecimiento económico de Túnez en el cuarto trimestre de 2018, a precios del año anterior, alcanzó el 2,5 % en comparación con el mismo trimestre de 2017 y el 0,2 % en comparación con el tercer trimestre de 2018. En el conjunto del año, el PIB creció un 2,5%.
La calificación del país norteafricano está condicionada por una elevada deuda externa que refleja déficits gemelos, un crecimiento económico moderado y un entorno político-social desafiante, según los analistas de la agencia Fitch Group.
El pasado 16 de octubre, la agencia de calificación de riesgos publicó un informe en el que cambia la perspectiva del país magrebí, que pasa de ‘B2 estable’ a ‘B2 negativo’. Sin embargo, la firma consideraría volver a revisar al alza su nota “si las reformas en el marco del programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) en cuanto al restablecimiento del margen de maniobra fiscal reducen las presiones de liquidez externas”.
En su último informe de coyuntura sobre la situación del país norteafricano, la agencia de calificación de riesgos Moody’s ha situado el ‘rating’ de Túnez en B2, con perspectiva estable, al tiempo que prevé un crecimiento económico del 2,8% para el presente ejercicio. Esta proyección se sitúa por encima de las previsiones del Banco Central, que apuntaban a un 2,4% para el año en curso y del 3% en 2019, frente al 1,9% experimentado en 2017.