Así, el organismo continúa mostrando su apoyo a Túnez durante la actual crisis sanitaria, esta vez mediante la concesión de 100 millones de dólares (84 millones de euros) el pasado 26 de marzo, destinados a la compra de vacunas dentro del programa de respuesta del Gobierno frente al covid-119.
El Gobierno tunecino tiene previsto vacunar al 50 % de la población este 2021 y, siempre y cuando se cumplan con los criterios establecidos, el Banco Mundial otorgará financiación para apoyar sus medidas sanitarias, sociales y económicas.
Esta no ha sido la primera vez que Túnez recibe la ayuda del Banco Mundial para la mitigación del impacto de la pandemia. En el inicio de la crisis sanitaria, el Banco otorgó una ayuda de 35 millones de dólares destinados a reforzar la capacidad de respuesta y prevención del sistema sanitario del país. Así mismo, en junio de 2020, aprobó un préstamo de 175 millones de dólares, en el marco del proyecto Tunisia First Resilience and Recovery Emergency Development Policy Financing, con un plazo de vencimiento de 35 años y un periodo de gracia de 7 años y medio, para mejorar la resiliencia y la recuperación post pandemia de la economía y sociedad tunecina.
Este préstamo forma parte de un paquete de apoyo internacional coordinado para ayudar a Túnez a hacer frente a la crisis de la covid-19 que incluye un apoyo presupuestario de al menos 700 millones de dólares con aportaciones del BM, el banco de desarrollo alemán KfW, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) y la Unión Europea (UE); el apoyo financiero de 745 millones de dólares del FMI y el apoyo presupuestario de 600 millones de euros de la Unión Europea. Con este soporte, la comunidad internacional busca ofrecer protección a los hogares y a las empresas vulnerables ante el impacto de la covid-19 y poner en marcha reformas que permitan una mejora económica y competitiva del país.
No obstante, el apoyo del Banco Mundial va más allá de la ayuda al sector sanitario. El 30 de enero de 2020, se firmaron tres acuerdos de crédito entre Túnez y el Banco Mundial para tres proyectos dirigidos a: facilitar el acceso a la financiación y favorecer el crecimiento de pymes y startups innovadores con un monto de 75 millones de dólares; reforzar la red de transporte de electricidad y mejorar el rendimiento comercial de la STEG con un monto de 151 millones de dólares; y la digitalización de determinados servicios públicos de protección social y educación con un monto de 100 millones de dólares.
En octubre de 2020, el Banco aprobó un proyecto de la Unión Tunecina de Solidaridad Social (UTSS) enfocado a la promoción y recuperación del empleo en el sector agroalimentario. Sin embargo, aún no se ha acordado la financiación que otorgará el Banco Mundial a este proyecto cuyo importe total asciende a un millón de dólares.
Túnez también recibe apoyo del Banco Mundial para mejorar su capacidad de respuesta y protección ante riesgos naturales, tales como inundaciones, sequías o incendios forestales, y las consecuencias del cambio climático. El 11 de marzo de 2021 se aprobó una financiación de 50 millones de dólares destinados a proyectos de prevención y protección ante desastres naturales por parte del Banco Mundial. Este proyecto, con un coste total de 125 millones de dólares, está cofinanciado por la AFD (50 millones de dólares) y Túnez (25 millones de dólares).
Cuatro días después, el 15 de marzo, tras una reunión del vicepresidente del Grupo del Banco Mundial para la región de Oriente Medio y Norte de África, Ferid Belhadj, con el jefe de Estado tunecino, Kaïs Saïed, se anunció una aportación de 300 millones de dólares al programa social, que será tutelado por el presidente tunecino, y que se destinará a cerca de un millón de familias tunecinas necesitadas. Este proyecto permitiría crear 50 000 puestos de trabajo y atraer inversiones.
Este apoyo recibido del Banco Mundial, que se suma al del resto de instituciones financieras internacionales, ha conseguido mitigar en parte el impacto de la crisis sanitaria. Sin embargo, parece inevitable que Túnez, con una economía ya debilitada, caiga en la peor recesión desde su independencia por el impacto económico y social de la pandemia.