11/09/2019

Este pequeño país centroeuropeo se ha convertido en un destino habitual para la inversión en la región, gracias a su estabilidad y a su ubicación en el corazón de Europa. El fomento de nuevas infraestructuras y la apuesta por el desarrollo tecnológico y las energías renovables abren nuevas oportunidades en un mercado estrechamente relacionado con la evolución económica alemana.

Con una población de apenas 8,9 millones de habitantes, Austria presenta una economía muy desarrollada con un elevado nivel de vida -con un PIB per cápita superior a los 43.680 euros en 2018-, un entramado productivo maduro y unos fuertes lazos con el resto de países de la UE, especialmente con su vecina Alemania, que es su principal socio comercial e inversor.

El PIB austríaco creció en 2018 al 2,7%, su ritmo más rápido en seis años, gracias a la consolidación de la demanda interna derivada de las reformas fiscales, a la reducción del desempleo y, sobre todo, al repunte de la economía mundial y de algunos de sus principales socios europeos.

Si bien en el segundo trimestre del ejercicio en curso el impulso económico se situó en el 1,6% frente al año anterior, la propia evolución interna y el escenario internacional, con una Alemania que ya ha mostrado algunos signos de debilidad, han llevado a que varias instituciones hayan revisado recientemente a la baja sus previsiones de crecimiento para 2019. Según el Banco Nacional de Austria, este se situaría en el 1,5%, frente al 2% estimado previamente, mientras que el crecimiento del PIB para 2020 pasaría a ser del 1,6%.

El peso de la inversión

En este contexto, y al igual que para otros países del entorno, la inversión extranjera directa (IED) ha desempeñado, y aún lo hace, un papel importante como motor del desempeño económico. Sus empresas han sido tanto emisoras relevantes de inversión como destinatarias principales de la IED en la región, gracias a su privilegiada ubicación geográfica entre el este y el oeste de Europa, que les ha permitido adquirir una dilatada experiencia en ambos mercados, a la estabilidad y seguridad, y a la formación y preparación de una mano de obra con un elevado poder adquisitivo.

No obstante, desde 2013 se ha producido un cierto debilitamiento de la posición del país como destino para la inversión, que fue especialmente significativo en 2016, para posteriormente recuperar el dinamismo, animado por las políticas de atracción de capitales foráneos en industrias intensivas de capital y en investigación y desarrollo.

El entorno para los negocios sigue mostrando, además, solidez y garantías, como demuestra su posición 26 en el último informe “Doing Business” (2019) del Banco Mundial, si bien es cierto que varios analistas han apuntado igualmente la existencia de un cierto desgaste de la histórica imagen de estabilidad institucional del país, que podría derivar en una mayor cautela a la hora de llevar a cabo inversiones.

En cualquier caso, la llegada de IED disminuyó un 34% en 2018, hasta suponer unos 6.454 millones de euros, aunque las empresas alemanas aumentaron su actividad inversora en el país centroeuropeo un 54% para sumar cerca de 3.525 millones de euros. Fueron seguidas en importancia durante ese año por las procedentes de los Países Bajos y Luxemburgo.

De este modo, la inversión extranjera directa acumulada en Austria representó a finales del ejercicio pasado, con 182.618 millones de euros, más del 47,3% del PIB, y Alemania fortaleció su posición de liderazgo como principal país inversor, al aglutinar cerca del 28,6% del total, con más de 52.167 millones de euros. Rusia, con una participación cercana al 13,9%, Estados Unidos, con otro 7,9%, y los Países Bajos, con un peso del 7,7% sobre el total, completaron las primeras posiciones en este apartado.

Por otra parte, los datos manejados por el Banco Nacional de Austria reflejan que el sector de los servicios profesionales, científicos y técnicos es el principal destino de la IED en el país, pues acaparaba en ese momento más del 54% de la inversión acumulada, seguido en importancia por las actividades financieras y aseguradoras, con un 14,9%, y por el comercio, con otro 11,7%.

Estrategias con futuro

Las políticas del Gobierno para el desarrollo económico a medio y largo plazo se centran, entre otras cosas, en el abastecimiento energético -con unos objetivos ambiciosos de reducción de emisiones en 2030 gracias al impulso de las energías renovables, de los coches eléctricos o de las smart cities- y en el fomento de las infraestructuras. 

Por ello, es previsible que las importantes acciones que ya se están realizando en estos campos, que incluyen, por ejemplo, la inversión de unos 15.000 millones de euros en el sistema ferroviario hasta 2021, la ampliación del aeropuerto de Viena o la ampliación urbana de la capital y de su red metropolitana, abran nuevas oportunidades de inversión a las empresas extranjeras.

Además, como apuntan desde la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España (Ofecomes) en Viena, las Administraciones del país centroeuropeo han puesto en marcha diferentes instrumentos de apoyo a la inversión, que incluyen subvenciones a fondo perdido, concesiones de préstamos en condiciones favorables, garantías públicas y participaciones en capital.

“Por regla general”, explican en la Ofecomes, “las empresas de servicios no podrán beneficiarse de los programas clásicos de fomento, al no requerir inversiones materiales tan importantes como las productivas o investigadoras. Así, no se promociona habitualmente el establecimiento de empresas comerciales”. Sin embargo, cuando una empresa de este tipo cumple alguno de los requisitos establecidos, puede acceder con mayor facilidad a un programa de ayudas.

Presencia diversificada

Más de 30 filiales y sucursales comerciales españolas de productos agroalimentarios, bienes de equipo, consumo y de servicios se encuentran actualmente trabajando en el mercado austríaco; cabe reseñar que, durante la última década, se han realizado algunas adquisiciones relevantes de consorcios locales dentro de diversos sectores de actividad, como el bancario y de servicios financieros, el farmacéutico, el hotelero o el de tratamiento de residuos.

Según DataInvex, los flujos de inversión bruta española totalizaron casi 550 millones de euros en 2015, pero descendieron notablemente en los años siguientes hasta suponer poco más de 15 millones de euros en 2017 y 11,4 millones de euros en 2018.

De acuerdo con los últimos datos del Banco Nacional de Austria, el stock de inversión directa de España en el país en 2017 fue de 1.176 millones de euros, pero se redujo a 586 millones de euros en 2018, pasando a ocupar la posición número 23 como país inversor en Austria.

Hay que recordar también que el marco normativo que regula la IED en Austria es el de la UE y que las empresas españolas están sujetas al mismo sistema tributario que las locales. Además, y de acuerdo con la Directiva 2011/96/UE, los beneficios distribuidos por la sociedad filial austríaca a su matriz española estarán exentos del Impuesto sobre las Rentas de Capital cuando la sociedad española mantenga una participación mínima del 10% en la filial durante al menos un año.

El Banco Nacional solicita igualmente información con fines estadísticos, tanto sobre las inversiones como sobre las desinversiones realizadas, y hay que notificar también el pago a los inversores extranjeros de los beneficios superiores a 500.000 euros cuando los genere una empresa creada en el país.

Por otro lado, la Ley de Control del Dumping Social y Salarial de 2017 establece el obligado cumplimiento de una serie de trámites antes del desplazamiento de trabajadores para la realización de servicios, incluso temporales, en el país.

Entre otros acuerdos bilaterales de interés, se encuentra en vigor desde 1968 un Convenio para evitar la Doble Imposición y un protocolo adicional que data de 1995.
JAVIER GARCÍA CUESTA

Documentación

Informe Económico y Comercial. Austria
Ed. Ofecomes Viena, julio 2019, 34 págs., en español

Guía de incentivos a la implantación. Austria
Ofecomes Viena, ed. ICEX, 2019, 8 págs., en español

Guía país. Austria
Ed. Ofecomes Viena, septiembre 2018, 40 págs., en español

Simulador de costes de establecimiento ICEX: Austria

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