Son datos de la Oficina Federal de Estadística, de los cuales se hace eco Handelsblatt. Históricamente, Alemania tiene una fuerte economía de exportación, dado que produce más bienes de los que consume y, por eso, trabajan más personas de lo necesario. Pero el superávit comercial alemán se ha convertido en déficit desde principios de año. Según los economistas, esto no es ninguna sorpresa, dado los precios de la energía. El repunte de precios del petróleo y el gas dura ya cerca de medio año. Por ello, lo que ha cambiado no es la cantidad de la mercancía comercializada con el exterior, sino su valor.
Alemania ha comprado bienes y servicios del extranjero por un valor de 126,7 miles de millones de euros. Esto son mil millones más de lo que se vendió fuera de sus fronteras en el mismo período. Esta situación no se había dado desde 2008. Las importaciones no han superado a las exportaciones ningún mes desde hace 14 años. Sin embargo, las estadísticas anteriores a 2008 no se pueden utilizar debido a un reajuste, pero, incluso en este período, la balanza comercial se mantuvo con cifras positivas la mayor parte del tiempo.
El debate se centra ahora si este cambio es consecuencia de la guerra en Ucrania o si el modelo económico alemán, muy centrado en las exportaciones, presenta problemas estructurales.
Alemania está pagando mucho más por las importaciones que antes. Por eso, las importaciones procedentes de Rusia aumentaron un 55 % en el periodo de enero a mayo en comparación con el mismo periodo del año anterior. La interrupción de las cadenas de suministro en todo el mundo como consecuencia de la pandemia y la guerra de Ucrania también influye en la balanza comercial a corto plazo. Muchos bienes no podían producirse y exportarse en Alemania por falta de material, sobre todo en el sector del automóvil. Según Holger Görg, presidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW), los cuellos de botella están reduciendo tanto las importaciones como las exportaciones.
Görg explica que, incluso si los precios de la energía se estabilizaran y la guerra y la pandemia llegaran a su fin, es poco probable que vuelva a haber un gran superávit comercial en Alemania. Se espera que las importaciones y las exportaciones se equilibren, pero a largo plazo. De hecho, la situación de la balanza comercial no se debe únicamente al aumento de las importaciones, sino también al descenso de las exportaciones, que en mayo cayeron un 0,5 %.
Las empresas empiezan a ver en peligro el modelo económico alemán y están preocupadas por un retroceso de la globalización. Después de Rusia, China amenaza con dejar de ser el principal país exportador. Alemania seguiría dependiendo de las importaciones porque apenas tiene materias primas, pero podría vender cada vez menos bienes en otros lugares. Sin embargo, Görg, no ve ninguna desglobalización en la evolución actual, sino todo lo contrario. El efecto estructural en la balanza comercial se debe a que Alemania necesita cada vez más bienes del extranjero y, por lo tanto, es probable que las importaciones se acerquen permanentemente a las exportaciones.
Cuellos de botella en Alemania y posibles oportunidades para empresas españolas 2022
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