EL EXPORTADOR: ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la economía colombiana?
ELISA CARBONELL: La dependencia económica del petróleo y otras commodities es todavía elevada, por lo que resulta fundamental diversificar el tejido exportador. Las autoridades son conscientes y están apostando por la agroindustria y el turismo.
No obstante, con unas infraestructuras deficientes y con problemas de seguridad que todavía siguen afectando al país, el esfuerzo debe ser significativo. Colombia se caracteriza además por la falta de competencia en sectores estratégicos, donde persisten oligopolios que frenan la inversión, la modernización y la competitividad.
Todo ello se traduce en cuellos de botella y rigideces que han impedido aprovechar la época de un peso débil para incrementar las exportaciones. La balanza de pagos refleja esta falta de competitividad exterior.
Otro gran reto es la elevada tasa de informalidad, agravada por la inmigración ilegal. Las diferencias sociales, que, al fin y al cabo, son reflejo de muchos de estos problemas económicos, siguen siendo significativas y sin un sistema tributario que implique una verdadera redistribución de la riqueza, las tensiones sociales persistirán.
Dicho todo esto, la economía colombiana es tremendamente resiliente y está dotada de instituciones como el Banco de la República o una ley de oro en la Constitución que limita el endeudamiento, instrumentos que garantizan la estabilidad macroeconómica.
Colombia se caracteriza también por su estabilidad política. Todo ello, junto con una legislación que asegura un buen nivel de seguridad jurídica, hacen que este país siga siendo muy atractivo para la inversión extranjera.
Tras el estallido de la crisis del COVID-19, las vulnerabilidades estructurales que presentaba entonces la economía colombiana se han convertido en un potenciador de los efectos nocivos de la pandemia para el país.
De la misma manera, las fortalezas que señalo han permitido a las autoridades colombianas tomar medidas en materia monetaria, así como solicitar un préstamo al FMI (11.000 millones de dólares) para hace frente a la pandemia del coronavirus (Línea de Precaución y Liquidez).
EE: ¿En qué situación se encuentran las relaciones económicas bilaterales entre España y Colombia?
EC: Nuestras relaciones han sido tradicionalmente buenas y en la actualidad gozan de un renovado dinamismo. España es uno de los principales socios de Colombia en el ámbito internacional y de forma más evidente en el contexto de la Unión Europea.
España ha sido el principal socio colombiano en la negociación del Acuerdo Comercial con la Unión Europea y para la eliminación del visado de turistas en la UE. Igualmente, ha apoyado a Colombia en el proceso de acceso a la OCDE, ya finalizado.
Este apoyo también se extiende a los esfuerzos colombianos en el posconflicto. España no solo fue la pionera en la creación del Fondo Fiduciario de la UE, sino que ya hay numerosas empresas españolas con intención de invertir en zonas afectadas por el conflicto, apoyadas por el Gobierno español.
En materia puramente comercial, las relaciones entre ambos países se sustentan sobre importantes iniciativas, entre las que destacan el nuevo Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI) y la Ventanilla Única, un mecanismo ágil de resolución consensuada para solucionar conflictos entre las empresas españolas y las autoridades colombianas,
EE: ¿Qué aspectos debería tener en cuenta una empresa española que busque comenzar a exportar o invertir en este país?
EC: Colombia presenta importantes oportunidades para nuestras compañías. Los sectores que están llamados a ser el motor de la economía colombiana coinciden con aquellos en los que España destaca mundialmente.
No obstante, este mercado, como todos, tiene sus particularidades y es importante conocerlas para que los proyectos, tanto de exportación como de inversión, que se emprendan en el país sean exitosos.
En primer lugar, es necesario tener músculo financiero a la hora de emprender un proyecto. Si bien es fácil crear una empresa o establecer contactos con potenciales clientes, los contratos tardan su tiempo en cerrarse. Ello implica que una inversión tarda como media dos años en dar frutos estables y sólidos.
Otra cuestión de gran relevancia es la atención a la cultura empresarial local. Aunque compartimos el mismo idioma, Colombia tiene una forma de hacer negocios propia en la que el contacto personal es extremadamente importante. Esto se traduce en la necesidad de celebrar numerosas reuniones antes de cerrar un acuerdo.
EE: ¿Qué otras particularidades caracterizan esa forma de hacer negocios?
EC: El empresario colombiano necesita confiar en el extranjero y para eso pone a prueba su intención de hacer negocios a largo plazo, lo que puede implicar, por ejemplo, la cancelación de reuniones. Los colombianos son además una sociedad orgullosa de su país y la idea de “crear país” es muy importante.
De esta forma, que un empresario extranjero les ofrezca un producto de mejor calidad y más barato no es suficiente para animarles a entrar en el negocio. Aquí resulta fundamental que la propuesta suponga algo positivo para Colombia: que genere empleo; que lleve asociada una potente política de responsabilidad social empresarial; o que ayude a que el país destaque en algún aspecto.
Por otra parte, todo se hace a través de despachos de abogados, por lo que es clave contar con uno de confianza. Además, la toma de decisiones está altamente concentrada en los cargos directivos de mayor nivel, tanto en el sector público como en el privado. Dicho esto, es fácil que el empresario colombiano le sorprenda por su seriedad y alta cualificación.
EE: ¿Qué consejos podría darnos para la adecuada selección del socio local?
EC: Es importante ser cuidadoso en el proceso de elección del socio local, representante legal, distribuidor o importador, para evitar futuros disgustos. Si se trata de elegir un importador o distribuidor, es mejor evitar empresas que se dediquen a diversos productos.
El carácter regional del país y su orografía hace que sea difícil encontrar distribuidores a escala nacional. Las empresas especializadas y con amplia experiencia en el sector y su región darán mejores resultados.
En el caso de iniciar relaciones comerciales con un nuevo importador o distribuidor, ponga especial atención en los medios de pago y en las garantías que se acuerdan, especialmente si se trata de una empresa pequeña o desconocida. Las cartas de crédito y créditos documentarios se utilizan de manera habitual.
EE: ¿Cómo puede repercutir la evolución de la economía colombiana en el desempeño futuro de las empresas españolas en este mercado?
EC: Dada la complicada situación actual generada por el COVID-19, es difícil valorar cómo va a evolucionar la economía colombiana a corto y medio plazo y cómo ello podría afectar a las empresas españolas.
Si bien a principios de año las buenas perspectivas de crecimiento económico no podían sino beneficiar a las compañías españolas, capaces de aprovechar el incipiente desarrollo de sectores clave en los que tienen mucho que aportar, actualmente deben estar muy pendientes de las decisiones de política económica adoptadas por el Gobierno para poder formular decisiones de inversión informadas que les beneficien lo máximo posible.
Desde la Oficina Económica y Comercial estamos haciendo un enorme esfuerzo por transmitir toda información relevante en la actualidad que facilite a nuestras empresas la toma de decisiones.
Adicionalmente, dadas las perspectivas cambiarias, que además se agravan con la crisis actual, es posible que la competitividad por precio de los productos españoles se vea afectada. Esto debe solventarse con una apuesta por productos de gran valor añadido, que el consumidor colombiano sabe apreciar.
Asimismo, Colombia está preparada para asimilar las tendencias internacionales de la industria 4.0, la digitalización y los proyectos sostenibles tanto ecológica como socialmente.
JAVIER GARCÍA CUESTA