Diseñadora y empresa comparten identidad y protagonismo en esta historia de éxito que comenzó a tejerse en 1987.
Nani Marquina, alma creativa e impulsora de una de las firmas españolas de hábitat con mayor proyección internacional, ha convertido sus alfombras de líneas contemporáneas y manufactura artesanal en todo un referente dentro del mundo del diseño. Un proyecto en el que, a lo largo de más de tres décadas, ha reflejado su impronta personal y una particular inquietud por innovar a través del color, los materiales y las texturas.
Su espíritu transgresor la impulsó a estudiar diseño industrial en una época, los años setenta, en que esa disciplina comenzaba a despuntar en España; iniciaba así el camino que la conduciría a crear su propia marca en 1987. “Cuando empecé existían muy pocas mujeres, o ninguna, liderando empresas del sector. La mayor dificultad que tuve es que las otras compañías (dirigidas por hombres) tuvieran en consideración mi proyecto y creyeran en él. El hecho de ser diseñadora y mujer ofrecía poca confianza en que pudiera evolucionar”, recuerda.
"Cuando empecé existían muy pocas mujeres, o ninguna, liderando empresas del sector"
Todavía hoy, incluso, constata que existen ciertas cortapisas al talento femenino: “Más que a mayores obstáculos, nos enfrentamos a obstáculos distintos”. La conciliación de la vida profesional y familiar es uno de los aspectos en los que, admite, aún es necesario avanzar. “En mi época, escuchaba muchos comentarios comparándome con otras madres que no trabajaban; yo intentaba hacer todo lo que podía teniendo en cuenta mi dedicación laboral. Era un tema de visión social”.
“Por suerte, se ha ido incrementando el número de mujeres que asumen el liderazgo, no solo en la industria del hábitat sino en todo el entorno empresarial. La evolución, desde mi punto de vista, ha sido positiva, gracias a que se han integrado en todos ámbitos laborales y en todos los sectores”, reflexiona.
"Nanimarquina es un ejemplo de empresa femenina"
Un avance positivo y enriquecedor, ya que “las mujeres, en general, siempre aportamos otra mirada, más sensitiva, algo que, a mi parecer, es muy bueno en una sociedad: poder combinar dos visiones distintas, la de la mujer y la del hombre”.
“Nanimarquina es un ejemplo de empresa femenina, lo cual agradecemos enormemente cuando desde fuera se percibe esa sensibilidad y manera de hacer más íntima, muy propia de la mujer”, comenta. No en vano, el 75% de los puestos de responsabilidad están ocupados por mujeres.
“Siendo hija de empresaria no contemplo una compañía donde el factor género sea relevante. Esta variable debe dejar de ser una cuestión que remarcar”, corrobora María Piera, la segunda generación a los mandos de la firma, que, desde la dirección general, trabaja en definir las líneas estratégicas y “alinear el funcionamiento de todos instrumentos (departamentos) para que esta ‘orquesta’ suene bien y pueda seguir construyendo un futuro exitoso”.
“La principal enseñanza que mi madre me ha dejado es cuán importante es el esfuerzo, la entrega y la dedicación para llevar un proyecto adelante”. Con esta inspiración, la de una de las pioneras del diseño en España, su objetivo es “poder asegurar una estructura y un equipo competente y motivado para afrontar los nuevos retos estratégicos y de crecimiento de Nanimarquina”.
CHARO ALONSO