25/05/2021
La empresa leonesa, auténtico laboratorio farmacéutico, elabora y exporta sus tés y tisanas, entre ellas el famoso producto Manasul, a numerosos países de varios continentes.
El fundador, Secundino Escudero, nace en un pueblo de la montaña leonesa con una rica diversidad de plantas con propiedades medicinales, en el seno de una familia acostumbrada al uso tradicional de esas plantas para superar pequeñas molestias y dolencias.
Su primera incursión en el mundo de las plantas y los negocios tuvo lugar, siendo muy joven, recolectando y vendiendo raíz de genciana (planta con propiedades aperitivas). Su primer cliente es hoy el principal proveedor de la firma.
En 1965 funda, junto con su hermano, la empresa Infusiones La Leonesa, un taller artesanal donde envasaban manzanilla, menta, té y tila. En 1972 construyen la primera fábrica y consiguen autorización del Ministerio de Sanidad para el envasado de plantas medicinales en infusión, un proceso industrial basado en la selección de las plantas de máxima calidad y funcionalidad.
Uno de los hitos más importantes se produce a principios de los años ochenta, como relata la hija del fundador, Beatriz Escudero, hoy consejera delegada y directora ejecutiva de la compañía. “Se desarrolló entonces el producto estrella, Adelgazante Manasul, una elaboración indicada para el estreñimiento. Fue realmente innovador y les permitió proyección internacional y gran crecimiento a lo largo de los años noventa. Fuimos la primera empresa española de infusiones en tener sedes en Suiza, Corea del Sur, Chile y Estados Unidos”.
“Tras la ruptura entre los dos hermanos, se crea un nuevo proyecto en 2006 y nace así Pharmadus Botanicals, a la que nos sumamos la segunda generación de mi rama familiar. Damos un gran salto en calidad y seguridad, transformando una empresa de envasado de infusiones en el primer laboratorio farmacéutico especializado en el envasado de plantas en infusión”.
Dentro de unas instalaciones de 10.000 m², la firma leonesa tiene capacidad para elaborar más de 100 millones de infusiones cada año, bajo las marcas Manasul, Helps y La Tetera Azul (esta última para el mercado gourmet). Allí trabaja un equipo de 37 personas, con un 60% de mujeres y un 40% de hombres.
Pharmadus recibe hasta 148 variedades de plantas desde Argentina, China, Rusia, la India o el norte de África para la elaboración de todas estas infusiones.
Beatriz Escudero afirma que “la internacionalización forma parte de nuestro ADN desde los inicios de la compañía. Además, acumulábamos ya experiencia previa en proyectos anteriores, como la exportación de Manasul desde los años ochenta. Desde el comienzo, contábamos con un departamento de exportación y con clientes internacionales que nos facilitaron la entrada en sus mercados de nuestra marca de infusiones funcionales Helps”.
“Actualmente, estamos presentes en varios países europeos, como Portugal, Italia, Francia, Alemania y los Países Bajos, aunque nuestra principal apuesta es Estados Unidos, donde tenemos establecida una filial”.
“Otros mercados en los que igualmente comercializamos nuestros productos son la República Dominicana, Colombia, Bolivia y Panamá, realizando también ventas puntuales en varios países africanos a través de un intermediario de confianza”.
El mercado chino también está en su punto de mira, como destaca la consejera delegada: “En 2020 decidimos aproximarnos al mercado chino a través de la plataforma TMall del grupo Alibaba. Estamos analizando el interés creciente de este mercado por productos saludables y tenemos buenas perspectivas con nuestras infusiones”.
Hoy en día, las exportaciones representan entre un 25% y un 30% de las ventas totales de la empresa. Las actividades de internacionalización de Pharmadus se financian por la propiedad, no se recurre a agentes externos.
Siempre buscando la manera de introducir mejoras, la firma participó en 2008 en el Programa PIPE del ICEX. “¿Qué buscábamos?, -comenta Beatriz Escudero-: queríamos aprender. Buscábamos asesoramiento para encontrar la mejor manera de explorar nuevos mercados, información para adaptar mejor nuestros productos, herramientas de financiación y aseguramiento de las exportaciones. Fue una experiencia muy enriquecedora, que nos permitió afrontar la nueva etapa de internacionalización con más confianza”.
“Nuestro interés por formar parte de los hábitos de vida saludable de nuestros clientes hace que estemos constantemente desarrollando nuevos productos para atender sus intereses y necesidades”, señala.
A corto plazo, “el incremento de nuestra posición en Estados Unidos, con nuevas referencias y nuevos canales de venta, y el afianzamiento de nuestra presencia en China son nuestras apuestas principales, mientras estudiamos nuevos mercados. En este último aspecto, nuestro interés se centra en el norte de Europa”.
Para Pharmadus, las principales dificultades que se encuentran en su sector son las normas reguladoras. Así lo describe su consejera delegada: “Las plantas en infusión mantienen una clasificación difusa y diferente en cada país. Cada Estado define (o lo que es peor, tiene sin definir) qué infusiones considera alimentos, cuáles complementos alimenticios y qué plantas requieren un registro específico como medicamentos”.
“Al no existir una normativa sanitaria armonizada (ni siquiera dentro de la UE), los registros sanitarios necesarios para comercializar nuestros productos se dificultan y burocratizan en exceso. Además, muchas medidas proteccionistas (principalmente en países de América Latina) complican seriamente la entrada de empresas extranjeras”.
Adicionalmente, Beatriz Escudero quiere subrayar otras cuestiones que, aunque no están directamente relacionadas con los negocios en los mercados exteriores, sí inciden en ocasiones en los esfuerzos por vender en el exterior. Relata así situaciones que ha vivido por el hecho de ser mujer. “Las principales barreras con las que me he encontrado han sido culturales, por ejemplo, en países árabes, donde he ido siempre acompañada de un hombre que servía como interlocutor validado. Intentas adaptarte a otras culturas, aunque no compartas su visión”.
“Pero también me he encontrado en alguna ocasión con ventajas por el hecho de ser mujer. En la implantación de nuestras infusiones en algunas cadenas de distribución de Estados Unidos, por el hecho de ser una empresa propiedad de mujeres y dirigida por mujeres, los cánones de entrada han sido más baratos. Me sorprendió y me pareció una buena política para facilitar el acceso a las personas de nuestro sexo”.
La compañía leonesa nació con la vocación de unir tradición e innovación. Esto hace que mantenga una apuesta constante por innovar en diferentes aspectos.
Los controles de los productos, desde la llegada de las plantas a los almacenes, son exhaustivos. La fábrica cuenta con zonas de atmósferas controladas y laboratorio propio para exámenes microbiológicos.
Beatriz Escudero destaca su participación en varios proyectos. “Actualmente formamos parte del proyecto BIOTAGUT (iniciativa compartida con otras empresas, universidades y centros tecnológicos) para diseñar alimentos que ayuden a regenerar la flora intestinal y prevenir futuras enfermedades metabólicas”.
También desarrollamos varios proyectos de mejora tecnológica en nuestras instalaciones, como un plan de digitalización y otro de ‘fábrica cero papeles’”.
“En 2018, iniciamos asimismo un plan para eliminar el plástico en todos nuestros envases (bolsitas, etiquetas, estuches…). Hemos conseguido eliminar cinco toneladas/año de ese material. Todos nuestros envases de cartón tienen certificado FSC, lo que garantiza que provienen de bosques con reforestación responsable. Y mantenemos nuestro interés por incorporar en nuestras formulaciones plantas procedentes de agricultura ecológica y, siempre que es posible, con certificación FairTrade (Comercio Justo)”.
MANUEL JAVIER ARCE