Según The Slovak Spectator, entre las causas, podría apuntarse a las recientes mejoras salariales instauradas en el país: aumento del 8,3 % del salario mínimo -hasta llegar a los 520 euros- , el salario medio ha vuelto a superar los 1 000 euros, y los complementos salariales por nocturnidad y horas extra se han visto también incrementados.
Sin embargo, diversos analistas y las grandes cadenas de supermercados culpabilizan a la nueva tasa a la venta minorista que ha entrado en vigor en enero: un impuesto del 2,5% de los beneficios que ciertos establecimientos minoristas obtengan por la venta de una serie de productos, sobre todo de alimentos.
Esta tasa no afecta a todos los establecimientos de venta minorista, sino que su objetivo son las grandes cadenas de super e hipermercados, ampliamente presentes en Eslovaquia. Tan solo Tesco, Lidl y Kaufland suponen más del 60% de las ventas totales de alimentos. Estas ya han manifestado su desacuerdo con la medida, denunciándola incluso a la Comisión Europea por considerarla discriminatoria. The Slovak Spectator enumera las condiciones para que una cadena minorista esté obligada a pagar la tasa.
Con esta medida, se calcula que el estado eslovaco recaudará entre 80 y 100 millones de euros en 2019. Por su parte, las empresas afectadas por la tasa critican que una familia media de cuatro miembros gastará unos 84 euros más en su compra ordinaria.
Lo cierto, a día de hoy, es que la subida del precio de los alimentos en Eslovaquia ha sido la segunda mayor de toda la UE en enero de 2019, mientras que las grandes cadenas minoristas no empezarán a pagar la tasa del 2,5 % hasta mediados de año. Por ello, diversos analistas apuntan a que habrá nuevas subidas significativas de los precios durante 2019. Sin embargo, gracias a la tendencia positiva en cuanto a la tasa de actividad y condiciones laborales, se prevé que los consumidores no verán muy mermado su poder adquisitivo.
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