Según informa Business Times, en dicho proceso de digitalización, la problemática más importante es que la tecnología heredada de muchos bancos de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), que ha estado en servicio durante dos décadas o más, está llegando al final de su ciclo de vida. Esto obliga a buscar alternativas.
La inversión de dichas entidades en los sistemas bancarios tradiciones ha sido importante y se ha confiado en ellos durante décadas. A pesar de que la transición digital pueda parecer un movimiento potencialmente peligroso en un principio (y aunque sigue siendo útil conservar los sistemas bancarios heredados a corto plazo), la nueva tecnología bancaria basada en la nube se generalizará y los bancos tendrán que pensar en la transición a un núcleo de nueva generación.
Hay muchas opciones cuando se trata de la transformación digital. Algunas de las que se están tomando los bancos en ASEAN van desde continuar con el núcleo heredado hasta poner en marcha un banco digital a partir del ya existente (greenfield), pasando por sustituir completamente el núcleo heredado por uno digital o plantear una sustitución gradual con un enfoque “multinúcleo”.
Sea cual sea el enfoque que se adopte, los beneficios de la transformación digital para los bancos, los accionistas y los consumidores suelen superar los riesgos. La banca digital está, en esencia, centrada en el cliente, proporcionándole servicios financieros más baratos, accesibles y personalizados.
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