Según los últimos datos del Ayuntamiento de Varsovia, aún quedan 10 811 calderas de carbón, conocidas popularmente como kopciuchy, sistemas de calefacción muy contaminantes que funcionan con carbón o madera. Esta cifra podría verse aumentada ligeramente, ya que el inventario de calderas de Varsovia está aún realizándose.
De acuerdo con la Resolución Anti-Smog (Anticontaminación) vigente en la región de Mazovia, todas estas calderas, tanto privadas como municipales, deben quedar fuera de uso antes del 1 de enero de 2023. La sanción por tener una caldera de este tipo será una multa de hasta 100 euros, o incluso una sanción judicial de hasta 1.000 euros.
En 2018, Varsovia sustituía una media de 800-900 calefacciones al año, y en 2021 la cifra se duplicó. En total, 4302 calderas han desaparecido de la capital en los últimos cinco años. El contador digital de kopciuchy que aparece en una pantalla LED en el centro de Varsovia muestra que sólo quedan 299 días para completar el proceso de sustitución.
Sylwia Jedyńska, de Warszawa Bez Smogu (Varsovia sin smog) cuestiona la viabilidad de eliminar casi mil calderas al mes en los próximos once meses. Junto a Polish Smog Alarm (PSA), han empezado a cooperar con el Ayuntamiento de Varsovia, para asesorar y apoyar a la ciudad en sus actividades contra la contaminación.
Para ello, la ciudad ha contratado a eco-asesores cuya tarea es recoger el mayor número posible de solicitudes de subvenciones para sustituir las calderas.
A la hora de sustituir las calderas, los vecinos pueden contar con la ayuda financiera del programa municipal y del Programa Aire Limpio, pero en 2021 solamente se sustituyeron 57 calderas con fondos públicos.
Falta una campaña de información generalizada para informar a los residentes de que pueden contar con ayuda financiera, según Piotr Siergeij de PSA. Los programas de subvención pueden combinarse, por lo que es posible cubrir una gran parte de los costes de inversión con subvenciones.
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