El viernes 2 de julio, la Comisión Europea aprobó el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia de Lituania (PNRR), que había sido presentado el 14 de mayo.
Según una publicación en la web de la Comisión Europea, el plan lituano, bautizado como New Generation Lithuanian dentro del marco NextGenerationEU, recibirá un apoyo en subvenciones por valor de 2200 millones de euros, con los que se pretenden financiar inversiones públicas para reformas y proyectos estratégicos.
Los fondos, que proceden del Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia, forman parte de la respuesta europea para mitigar el impacto económico de la pandemia causada por la COVID-19. Dichos Fondos, a distribuir entre todos los Estados miembros, ascienden a un total de 800 000 millones de euros, según informa la propia Comisión.
Lituania ha seleccionado siete pilares básicos sobre los que se sustenta su PNRR, que responde a los criterios fijados por la UE y hace frente a retos como la transformación digital y ecológica, una educación de calidad, sostenible y colaborativa, el fortalecimiento económico, la mejora de la eficiencia de los recursos sanitarios o la cohesión social.
Según la presidenta de la Comisión, este plan impulsará la economía de Lituania, haciéndola "innovadora, más verde, más sostenible y digital".
Entre sus principales medidas, el plan lituano contempla destinar casi un 38 % de los fondos recibidos a la lucha contra la crisis climática, incluyendo reformas e inversiones en energías renovables, aumentando su cuota hasta un 38 % para 2025 y un 50 % para 2050, el fomento de la economía circular, la renovación de edificios o la potenciación de un transporte sostenible.
De igual manera, la transformación digital absorberá un 20 % de los fondos, apartado que incluye importantes inversiones en términos de conectividad y la transformación de las TIC en el sector público.
Otras medidas de gran calado incluidas en el PNRR son las relativas a la educación y a la salud, con una dotación del 14 % y 12 %, respectivamente. Los objetivos perseguidos son el de conseguir una mejora y adecuación de la educación a las necesidades de la sociedad actual y modernizar el sector sanitario, en especial en lo relativo a la digitalización y al reforzamiento en el control de enfermedades infecciosas.
Otros sectores como el de la innovación, incluyendo los centros de investigación y colaboración, así como de fomento de la industria científica, obtendrán un 9 % de los fondos. Por su parte, las políticas de inclusión social y de acceso al mercado laboral contarán con el 5 % de las subvenciones, dejando el pilar de la transformación de la gobernanza y modernización del sector público con el 3 % restante.
A partir de la aprobación del plan por parte de la Comisión Europea, se espera que el Consejo adopte la propuesta en un plazo máximo de cuatro semanas.
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