Omán

Según publica Oman Observer, el Presupuesto de 2021 persigue un conjunto de objetivos, en concreto, la sostenibilidad fiscal para contribuir al crecimiento económico, la diversificación de la economía y tasas específicas de inversión interna y de inversión extranjera directa (IED). Asimismo, el Presupuesto 2021 busca que el sector privado desempeñe un papel más importante en la aceleración del crecimiento económico y se convierta en una fuente de oportunidades de empleo.

El Gobierno ha adoptado una serie de medidas fiscales y económicas con el fin de aliviar las consecuencias de la pandemia de covid-19 y el desplome de los precios del petróleo. El principal objetivo se centra en reducir al mínimo la carga sobre el gasto público. Con este fin, el Gobierno ha recortado un 10 % las asignaciones aprobadas para las entidades públicas y del presupuesto de desarrollo. Para ello se reducen los gastos de capital (CapEx) y de funcionamiento (OPEX) de las empresas estatales en más de un 10 %. Además, se amplía la base impositiva gracias a la creación de un impuesto especial.

Como resultado de las medidas fiscales y económicas aplicadas en 2020 y de los esfuerzos de diversificación económica, se estima que el gasto público será de tan solo 22 848 millones de euros en 2021. Esto supone una disminución del 14 % con respecto al gasto previsto de 26 586 millones en 2020. Por otro lado, se prevé que los ingresos públicos agregados aumenten alrededor de un 2 % hasta llegar a los 18 060 millones de euros en 2021, en comparación con los resultados preliminares del 2020.

En cuanto al déficit presupuestario para 2021, este se sitúa en unos 4620 millones de euros, es decir, el 8 % del PIB. El 73 % de este déficit se financiará mediante préstamos externos e internos, mientras que el resto se cubrirá con cargo a las reservas.

Según las previsiones, la deuda pública alcanzará los 45 570 millones de euros a finales de 2021, y los préstamos externos representarán el 76 % de la deuda pública total.

El Gobierno seguirá invirtiendo en la infraestructura necesaria para estimular el crecimiento económico, dando prioridad a los proyectos más necesarios en términos económicos y sociales. Además, se espera una mayor participación del sector privado, potenciando su papel en la ejecución y gestión de algunos proyectos y servicios.

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