El proyecto se compone de tres ejes principales, tal y como ha informado el portal Port2Port: medidas para el fomento de empleo, subsidios y reducciones impositivas para las familias jóvenes y de clase media con hijos pequeños, y una reforma arancelaria y de derechos de importación.
La reforma arancelaria incluye, por un lado, la supresión de aranceles, por valor de 1000 millones de shéqueles, sobre una gran variedad de productos de consumo, productos industriales y materias primas para la construcción. La eliminación de los aranceles afecta, entre otros productos, a los muebles, cubiertos, textiles, alfombras, toallitas sanitarias, bicicletas eléctricas, materias primas y maquinaria para la industria, materias primas para la industria de la construcción, equipo médico y componentes de vehículos.
El plan también recoge una significativa reducción de los derechos de aduanas sobre la carne de vacuno, el pescado de mar y mariscos, el atún enlatado, los embutidos, las salsas, los frutos secos, las tortas, las galletas y la harina. Por otro lado, y a falta aún de más detalles, se ha anunciado el aumento de cuotas de importación libre de derechos arancelarios para productos alimenticios como el aceite de oliva, los huevos y la miel.
Mediante este paquete de medidas se busca reducir el precio de la cesta de la compra del consumidor israelí a la vez que rebajar la concentración del mercado y fomentar la competencia en la industria alimentaria. Se trata de una reforma que se une a la ya anunciada sobre los procedimientos y requisitos de importación, y con la que se espera reducir las barreras de acceso para los productos importados y su precio, aumentado también la competitividad de la economía del país.
La supervisión del plan corresponderá a un comité ad hoc que supervisará el nivel de los precios, las cuotas de mercado y las fusiones y adquisiciones realizadas en los últimos años en la industria, comparando su situación actual con la de los principales países desarrollados, que se toman como referencia.