Simultáneamente, informa Reuters, la libra egipcia comenzó a depreciarse y acabó el día con una pérdida de valor del 16 % respecto a otras divisas, como el dólar. El movimiento de las autoridades monetarias egipcias busca aliviar la presión soportada por la situación de incertidumbre, agravada con el estallido del conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Las decisiones del BCE responden a las presiones inflacionarias globales que se han venido produciendo desde la crisis económica producida con la pandemia de la COVID-19, la cual se ha visto agravada con la guerra en el este de Europa.
Según el diario emiratí Gulf News, la decisión del BCE busca “reiniciar” la economía egipcia, impulsar las reservas de divisas extranjeras y facilitar un rescate financiero por parte del FMI. De hecho, esta institución anunció el martes 22 de marzo que el Gobierno egipcio ha solicitado apoyo financiero para llevar a cabo un programa de reformas económicas y estabilizar la situación actual. De momento, no se ha concretado qué tipo de financiación se va a facilitar al país.
La importante salida de reservas extranjeras había tensionado los mercados cambiarios y varios bancos de inversión ya habían pronosticado esta pérdida de valor. La devaluación de la moneda y el aumento de los tipos de interés se espera que tengan un impacto positivo similar al que se produjo en 2016, cuando el valor de la libra egipcia cayó un 50 %.
Ante el aumento de la inflación y la devaluación de la moneda de la cual informaba Reuters, el Gobierno había fijado el precio del pan no subsidiado para controlar el precio de uno de los productos más básicos de la dieta de la mayor parte de egipcios ante la dependencia del país, el principal importador de trigo del mundo, de las exportaciones rusas y ucranianas.
Egipto prohíbe la exportación de trigo y otros alimentos esenciales durante tres meses