Según informa el Banco Mundial en su web, esta financiación será la primera de una serie de préstamos dirigidos al Gobierno ecuatoriano para mitigar el impacto de la crisis de la COVID-19. Además, el objetivo es fomentar el crecimiento, la inclusión, la creación de empleo y la resiliencia climática.
El préstamo del Banco es de tipo variable, reembolsable en 16,5 años (incluyendo un periodo de gracia de cinco años). Con él, se busca el impulso de políticas de sostenibilidad fiscal, la promoción del empleo de personas en riesgo de exclusión social y un desarrollo bajo en carbono que lleve a cumplir con el compromiso climático de neutralidad para 2050, adquirido por el país.
Esta nueva operación financiera costa de dos ejes de actuación:
- 1) El primer eje impulsará acciones del gobierno encaminadas a promover una gestión fiscal más inclusiva y resiliente a través de una recaudación de impuestos inclusiva, transparente y ecológica, así como a fomentar el crecimiento y las oportunidades laborales mediante la reducción de barreras comerciales en el mercado laboral.
- 2) El segundo eje se centrará en acciones que faciliten la participación del sector privado en el financiamiento de energías renovables no convencionales (ERNC), facilitando la generación renovable distribuida, un marco institucional para priorizar inversiones en eficiencia energética, descarbonización del sector transporte, así como el desarrollo de mercados voluntarios de carbono.